jueves, 3 de junio de 2010

Alma Viajera

ALMA VIAJERA

El borrachín sin pena alguna orina en el anden del metro, un pasajero lo mira atónito, indignado va por el policía. -Mírelo allí esta.

-A ver joven haga usted el favor de abandonar el metro- dice el policía al borracho.

-Queeee...pos ¿Por qué? -Órale antes de que lo remita a la delegación. ¿Por qué mi jefecito?

-Y todavía se hace guey ¡cochino!- dice el colérico pasajero.

-Ándele sáquese de aquí – tomándolo de su roído saco el policía.

-No sea gacho déjeme ir...mi hijo me esta esperando...sabe jefe es su cumple.

-Ya le dije que se largue de aquí- aventándolo.

-Y todavía se pone perro, debería llevárselo a la delegación mi poli.

Llega el metro y el beodo quiere subir, el policía y el pasajero se lo impiden, ante la mirada divertida de los pasajeros. Lo sujetan a la fuerza y lo arrastran a la salida, el tipo se defiende y grita que es cumpleaños de su hijo, que no tiene dinero para pagar otro medio de transporte. Sin miramientos lo sacan mas allá de los torniquetes.

-Pinché policía ojete- dice el borracho, el policía lo alcanza y le da un golpe, se cae sangrando, y lo sigue pateando, asustado el borracho se levanta, corre y sale del metro, el policía y el pasajero festejan.

-Viste como le di un madrazo- dice el policía ufano. Un rechinar de llantas los acalla. Un tipo entra corriendo. -Poli...Poli...llame a una ambulancia un atropellado. Afuera el borracho yace muerto, a su lado hay una caja de regalo con un cochecito aplastado.

La Otra

LA OTRA


Recelosa lo veía perfumarse.

-Y ora tu porque estas tan contento. Mientras lo observo ponerse su mejor traje.

-Ya me voy amor- se despide de un beso rápido casi sin tocarla.

Lo vio salir apresurado.

-Ah no este canijo se trae algo.

Presurosa se puso su pants y lo siguió, cuadras adelante lo vio comprar un ramo de rosas. Con el corazón latiéndole mas aprisa por la ira, quiso salirle al paso pero se aguanto.

-Y ora este maldito porque no va rumbo al trabajo- en el camino su esposo compró un pollo, pan y salió de una vinatería.

-Hasta un pomo compro el desgraciado.

Durante un rato lo siguió, hasta que lo vio rondando una zona de hoteles. Su marido se detuvo en un hotel de cuatro estrellas y entra, espero un rato. Al ver que no salía busco una patrulla, les dio un billete para que la acompañaran, entraron al hotel, le exigieron al encargado el número de la habitación y este para evitar escándalos los acompaño. Entraron de sopetón al cuarto, el marido estaba desnudo preparando la mesa, del susto hasta se le cayo el pollo frito.

-Que te traes desgraciado dándole tremenda cachetada, ¿Donde esta tu maldita zorra? Corre al baño y no hay nadie- ¡A quien esperas infeliz!

Los policías y el encargado luchan por calmarla.

Vas a ver orita le voy hablar a mis hermanos, saca su celular y en eso entra un mensaje.

"Amor, te tengo una sorpresota, te veo en el hotel X, en el cuarto X dentro de una hora. Tuyo tu marido". Posdata; creíste que se me iba a olvidar nuestro aniversario verdad.

La Sucuba

LA SUCUBA
Por: MARO

Una caja de cristal, y adentro una mujer desnuda de enorme belleza quien levanta la tapa de la caja, se levanta como un vampiro, con garbo se dirige hacia unas columnas de cristal, se mete a una y desaparece. Camino hacia las columnas, me meto a una y de inmediato todo da vueltas, a mí alrededor percibo flashazos. 

De repente todo ceso, me vi arriba de un caballito, en un tiovivo, alrededor no había nadie, era de noche. Mareado bajo del caballito, parecía que estaba en un parque de diversiones. La luz de la luna ilumina una gran duna de arena, subo a la loma solo vi dunas y dunas. El ruido del mar hizo que apresurara el paso en la playa. Una luz dirigida hacia una mujer me dejo estático, se me hacia conocida, me era muy familiar, al verme hecho a correr, reaccione y la perseguí. Subió a una duna, una vez en la parte alta avance hacia ella, frente a frente, me miro retadora. Intente abrazarla, pero me rechazo, a la fuerza la abrace y sentí su hermosa piel impregnarse por mis venas, tocaba sus senos duros, sentía su aliento, el deseo me carcomía. La mujer me abofeteó y en un impulso la avénte, del impacto cayo al piso, al enfocarla bien vi el rostro de una anciana, adormilado busque en la cama a la compañera de toda mi vida ¡la vi tirada en el piso! Con la bata desabrochada. Del susto Casi me muero. 

Los Pancer (los panzones)

LOS PANCER (LOS PANZONES) Zócalo de la ciudad de México

-A como este de los buhos. -dice un cliente a un invidente que vende relojes en la calle. -A $ 25.00 De pronto gritos y correr de los vendedores ambulantes. -¿Qué pasa? -dice el invidente.
 -Recojan esa mercancía- se oye la voz de un policía con voz tipofluda, cinco granaderos vestidos como para la guerra de idénticas facciones, decomisan la mercancía. 
-Tenemos permiso. Los policías dudan, pero la voz mandante de su superior los apresura. -Órale apúrense cabrones. Cuatro policías panzones se agachan a duras penas y en vilo levantan la lona con los relojes. El invidente adivinando lo que pasa sujeta a un policía, pero este lo avienta y cae al suelo, los mirones reclaman airados. -¡Pinches polis ratas déjenlo! ¡Pélense! -dice el comandante y huyen los policías convertidos en rateros, en la huida un policía agarra un reloj y se lo mete abajo del chaleco, otro policía se mete otro debajo de su gorra.

Los policías asaltaciegos posteriormente entregan la mercancía a su superior, quien agarra un reloj y se lo mete entre el pantalón, luego les ordena alinear filas y como niños de primaria caminan a paso veloz. Una nueva orden por radio les indica una nueva misión y como vándalos rompen filas causando temor entre la gente. 
-A ver que apañamos, ponte buzo pareja. Corren atrás de Palacio Nacional. Los vendedores ambulantes corren como endemoniados correteados por la gloriosa tropa de policía, y se meten a los locales establecidos, los dueños se ven obligados a bajar las cortinas de acero. Enojados los policías patean las cortinas y logran meter una granada de humo y esperan. De inmediato se abre una cortina y sale despavorida la gente, algunos llorando, una mujer angustiada llora lastimosamente con un bebe en brazos, los policías aprovechan la confusión y les quitan cosas a los vendedores y de paso se roban objetos de la tienda, luego huyen felices.

-Le di un buen madrazo aún "guey" -dice un policía mientras escupe un hueso de pollo. ¿Qué estas tragando tu guey? -Un guacal, se lo quite a una vieja. -Córrele otro operativo. Calles adelante siembran el terror entre los vendedores ambulantes, agarran a uno lo esculcan, le quitan su dinero y mercancía, le dan una patada y lo corren. El vendedor de elotes no pudo esconderse y le decomisan su mercancía con todo y anafre. -Pásenme el chile –dice un poli con los bigotes llenos de queso. -Que chido ya tenemos anafre para la “bistesiza” del domingo. Una niña indígena vendía chicles cerca del asta bandera, un poli a lo lejos la vio y corrió como poseído sobre la niña, le quito en un santiamén su cajita de chicles y los repartió entre la bola de policías mantenidos. -Oiga jefe mañana es dia del niño y pos no le caería mal un juguete a mi chamaco. -Ok vamos hacer un operativo, tu Demóstenes lánzate por ese mugroso y dile que se junte con otros y que vayan por las calles donde venden los juguetes.

Poco después en medio de la confusión y entre la falsa corretiza a los vendedores ambulantes paleros, algunos policías logran infiltrarse entre los comercios establecidos y se roban juguetes legales. Al otro dia. Mira mi´jo lo que te compre. -Gracias papi que bueno eres. ¡Eres el mejor policía del mundo! Al mismo tiempo varias instituciones de asistencia recibían toneladas de juguetes robados en los operativos, mediante un oficio del Gobierno de la ciudad donde se señala la donación de los mismos. -Hay que pedir una donación para el dia de las madres. – dice una de las directoras- al fin e la gente del gobierno son muy buenas personas.

El Olvidado

EL OLVIDADO

-Mira que grandote estas güero. ¿Todavía vas a la escuela? -Sí abue. Pero yo no soy el güero soy Jorge.
Que eternos se le hacían esos dias de vacaciones, en ese pueblo de calor, mas bien parecía un castigo, el Sol le quemaba la piel y hasta la lengua, trataba de mitigar la sed, tomando refrescos todo el dia.
¡Mira quien vino de visita, el güero! -le decía la abuela a su hija Eufrasia.
¡Pero que grandote esta verdad!
-Tía yo no soy el güero soy Jorge.
-Si mama es Jorge, ya sabes que al güero no le gusta venir.
-Ahh ¿Y el güero?
-No le gusta venir abue, porque nos levantan a las 5 de la mañana, para ir a cortar chiles al campo.
En las siguientes vacaciones.
-Condenado güero que grandote estas -decía la abuela, ¿Ya estas trabajando?
-No abue... quiso decirle que no era el güero.
-Sigues estudiando... ya estas muy grandote para estudiar.
-Pobre abuela si supiera que el güero se ha convertido en un alcohólico, un vago y hasta mariguano que diría. Y un mal dia el güero murió de cirrosis, la abuela no pudo asistir al entierro y lloro mucho. A los pocos meses Jorge y su mamá fueron a visitar a la abuela,
-Vete adelantando hijo, yo voy a saludar a la vecina, Al entrar Jorge a la casa ve a la abuela, silencioso le toca el hombro, la abuela voltea, grita, y cae al suelo, Jorge pide auxilio y presurosos acuden sus tíos. -Mamá... abuela que tienes- antes de morir la abuela exclama... ¡El güero... el güero lo vi... se salió de la tumba!

El Hombre Metalico

EL HOMBRE METALICO

Autor: MARO

Una pirámide dorada, sin escaleras rematada por una cúpula cilíndrica, de casi 30 metros, no hay manera de subir a la cúspide y junto a ella otras dos más pequeñas. El piso brillante que refleja todo, parece un enorme espejo. 

El cielo rojizo con nubosidades grises que de vez en cuando envuelven a una luna llena. Extrañas esferas reflejan el entorno que giran a la deriva en el aire. A lo lejos un relinchar llama mi atención, enfoco mi mirada y alcanzo a visualizar una silueta que poco a poco se va acercando. Al estar más cerca, pude ver la figura de un jinete de resplandores, al momento escuche el sonido de un cilindro musical que acompaña los pasos del caballo. 

Tuve una sensación visual extraña, pareciera que desde varios ángulos podía ver al caballo y su jinete, desde arriba, desde abajo, por atrás, por delante, en cámara lenta, en cámara rápida, en circulo, a veces parecía que yo tomaba la visión del jinete y veía frente a mí a un indígena retador iluminado por un extraño reflector que lo visualizaba en un circulo perfecto, incluso podía sentir la crin del animal, y lo pesado de una armadura metálica y una espada sostenida con firmeza en la mano. De repente me veía como sacado de la escena y divisaba a los dos hombres desde lo alto como un espectador. Tenia la rara sensación de estar en tres lugares a la vez, de repente el don de la ubicuidad me permitía ver a un indígena que con gesto decidido veía a su contrincante acercarse más y más y podía estar en el lugar del hombre metálico, que amenazante y lleno de odio se acercaba al indígena y podía estar fuera de la escena visualizando desde cualquier punto el enfrentamiento. 

Expectante vi como en cámara lenta el hombre metálico saco su enorme espada y con gesto decidido se abalanzo sobre el indígena quien ante el ataque relampagueante del jinete y su caballo no pudo esquivar el golpe mortal a pesar de su escudo y valentía, su cabeza salió desprendida rodando por el piso de cristal dejando una estela de sangre. Al alejarse el jinete con su caballo victorioso, nunca volteo atrás por lo que no pudo darse cuenta y menos se imagino que el indígena seguía en pie observando la escena.

El Muerto Tragón

EL MUERTO TRAGÓN

Por: MARO

El 1 de noviembre día de los santos difuntos el ambiente es de fiesta, hasta que empieza el mortuorio sonido de las campanas; al conjuro mágico de los bronces rítmicos, las almas desde ultratumba se congratulan con los vivos y se aparecen como negras siluetas por doquier. Llenas de amor, van llegando almas piadosas que cortan flores, llevan dulces y frutos, consagran el pan, y con estos manjares erigen un altar sobre la tumba y se sientan resignadas y llorosas a contemplar las llamas de los cirios. De vez en cuando se arrodillan ante la cruz que preside el rito, y quedan pensativos como evocando a los difuntos añorando su presencia. En este ambiente la familia Perez puso su ofrenda para los muertitos.

En la mesa colocaron tequila, calaveritas, agua en un vaso de cristal, calabaza, pan de muerto, fruta, incienso y flores muchas flores. Y lo que más le gustaba al difunto: una cerveza y un plato de mole negro con su pierna de guajolote. La idea de que el muerto acudiría a cenar los mantenía contentos, así que alegres esa noche se fueron a dormir. Al otro día. —Vengan todos… vengan a ver… el muertito sí vino a cenar en la noche —grita la abuela y sorprendidos se dieron cuenta que, efectivamente, un pedazo de carne le faltaba a la pierna de guajolote. —¡Milagro!… ¡Milagro! —Decían los demás presentes. —Qué milagro ni qué la chingada, fue el pinche gato el que se tragó la pierna —se escuchó entonces la voz estruendosa del abuelo.

DESPUÉS DE LA MUERTE


DESPUÉS DE LA MUERTE

Autor: MARO

Es de noche, afuera la lluvia golpetea la ventana. Estas sola, en la habitación mas alejada del hotel " La Trinidad".

Antes atravesaste un pasillo, inmenso oscuro. El viento frío golpeo tu rostro. Ahora yaces recostada.

De repente oyes un susurro que dice tu nombre. Tu corazón late mas aprisa. Te levantas, y en ese momento se va la luz. Pasmada no aciertas a moverte, un ligero vaho que no es el tuyo te da en tu rostro.

La piel se te eriza... timbra tu celular y se prende. Casi brincas del susto, aún así percibes una sombra que se oculta en el baño.

-Es mi imaginación –te dices.

Haz llegado hasta este rincón de Tlaxcala huyendo, ya no soportaste mas el dolor del abandono. La depresión te carcomía. El timbre del celular te regresa a la realidad, no reconoces el número.

-Hola –silencio y se desconecto la llamada entrante.

Un ruido en el baño vuelve a llamar tu atención. Con el corazón agitado buscas casi a tientas tu bolso, sacas la pistola con la piensas matarte. Afuera el fuerte viento logra pasar por la entrepuerta produciendo un sonido como de lamentos.

Te acercas al baño lo más lenta posible, la puerta esta entreabierta y se oyen murmullos, y risas apagadas. Te das valor, total si veniste en busca de la muerte, que más da lo que vas a encontrar al abrir la puerta. Con el celular prendido alumbras el interior del baño.

Poco a poco vislumbras siluetas, al enfocarlas logras ver a tus padres, a tus abuelos, a tus tías, a tus muertos. Que sonríen y le hacen caricias a una bebe recién nacida.

No hizo falta darte un balazo. Del susto caíste al suelo.

Al abrir los ojos veías como si estuvieras bajo el agua y te veías en unos brazos que amorosos te recibían en este nuevo mundo.