lunes, 14 de diciembre de 2020

AROMA DE CAFE

AROMA DE CAFÉ

POR: MARO

Seis de la mañana, enfrente la bruma del mar invade el malecón. La oscuridad de la noche 
lucha contra el amanecer. Sentado en una mesa del café la parroquia de Veracruz. Observo 
a un mesero que vierte leche a mi “café lechero”, desde casi 40 cm de altura sin derramar 
una sola gota. Frente a mí un lector de noticias y un “bolero” que limpia sus zapatos.
La vida es tan sencilla, pero la complicamos.
El aroma del café invade la atmosfera. Por un momento cierro los ojos y literalmente estoy 
en otra dimensión... en la séptima dimensión.
-Ahhh, si fuera mariguana estaría bien drogado. 
Me acordé de un texto que leí en el café “El Jarocho”, de Coyoacán, ciudad de México y 
era algo así.
El café es el camino para llegar al cielo. 
Cuando uno toma café se despierta.
Si uno se despierta genera ideas.
Si uno genera ideas incrementa la creatividad.
Si uno incrementa la creatividad produce.
Si uno produce genera ganancias.
Si genera ganancias se vuelve uno rico y puede donar.
Si dona y hace el bien cuando se muera ira al cielo.
Entonces tomar café es el camino para llegar al cielo.
Sera por eso que dan café en los velorios.
Decido tomar otro café y le pego con una cuchara al vaso insistentemente, que es la manera 
tradicional de llamar al mesero. Cuenta la leyenda que, un tranviario todos los días tocaba 
la campana del tranvía y salían a darle su café. Un día llego el tranvía y no sonó la campana. 
Extrañados los meseros se acercaron al tranvía y era otro el conductor. El tranviario que 
siempre tocaba la campana había muerto. Los meseros en su honor tocaron con las 
cucharas los vasos. Tradición que continua.
En la tarde en Coatepec, Veracruz, atrás de la Iglesia donde hay varios comercios de café, 
el aroma recorre las calles. La tarde nublada invita a tomar otro café. Dicen que dos tasas 
al día disminuyen el riesgo de cáncer de Próstata, yo por eso tomo cuatro.
-Sabia, Elenita que dos tazas de café disminuyen el riesgo de cáncer de próstata.

¿En serio? Pues las tomare.
-Ingenua Elenita desconoce su fisiología. Eso le pasa por ir a la Iglesia todos los días y no 
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Un comercio sin clientes, los de alrededor llenos.
-Pobre señor creo que le comprare algo.
-Oiga señor ¿este café que tiene en el aparador es bueno?
-Sabe usted que es un café de altura -me contesta enojado.
-Pues un café que crece en las montañas.
-No señor es un café que tiene…
Cuerpo que es la sensación que el café tiene en la boca. Es la viscosidad, peso, grosor o 
la riqueza que se percibe en la lengua.
La acidez es una característica deseable en el café. Es la sensación de sequedad que el 
café produce en los bordes de la lengua y en la parte posterior del paladar.
Sabor es la percepción general del café en la boca. Acidez, aroma y cuerpo son todos los 
componentes del sabor. Es el equilibrio y la homogenización de estos sentidos los que 
crean la percepción general de sabor.
La fragancia proviene principalmente de la variedad de la planta, de la tierra en que se ha 
criado, de su cultivo y de su beneficio (separación de la piel y pulpa del fruto del café). Las 
fragancias del café pueden ser florales, afrutadas, vegetales y herbáceas.
Las que dan origen al aroma. Nacen habitualmente durante el proceso del tostado del café, 
momento durante el cual el grano verde se transforma totalmente, apareciendo más de 700 
componentes aromáticos distintos. Los aromas del café podemos clasificarlos en frutos 
secos, acaramelados, achocolatados, jarabes y cereales.
-Ah caray eso no lo sabía.
-Haciéndome el gracioso ¿Y dónde venden su café en la ciudad de México?
- ¡Que!
-Este café solo lo consigue aquí en Coatepec, calle Cuauhtémoc número 5 y se llama café 
“La Onza”. Ustedes los de la capital solo toman puras porquerías.
Bueno basta decir que, desde Veracruz, a la ciudad de México todo el viaje el aroma del 
café invadió mi carro a pesar de que estaba empaquetado. 
Si el mejor café del mundo para mí. Y su aroma exquisito.
Algunos científicos sostienen la idea de que el aroma del café despierta nuestros sueños 
oníricos. Despierta a la musa. Nos hace más creativos. Claro hablo del café de grano. No 
esas porquerías de los cafés de moda. Hay que comprar la cafetera y poner el café de 
grano y darle una tremenda aspiración al vaporcito. Y voltear alrededor y decir ¿Dónde 
estoy? Estoy en el cielo. Tenían razón los del jarocho. “El café es el camino para llegar al 
cielo”. Por algo en vida… te vuelve en la mañana a la vida.


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